CAPÍTULO 2
La Gratitud: tu superpoder
Traducción al Español realizada por Sophia Battaglini.
Lo menos que tu identidad del miedo será, es ser agradecida por cualquier cosa. La identidad del miedo no sabe qué hacer con la gratitud porque la gratitud tiene una forma siniestra de silenciar el incesante divagar de tu identidad.
Con frecuencia hago referencia a la serpiente en tu cabeza representada por la serpiente en el jardín del Edén que convenció a Eva de su insuficiencia y sentido de merecimiento. “Algo anda mal aquí. Tu información es insuficiente. TÚ eres insuficiente y no es justo. Pero tienes derecho a la gratificación. El problema es que te costará tu dignidad personal y probablemente la pérdida de tu ideal más elevado”.
Es parte de la naturaleza humana que la serpiente en tu cabeza siempre comience de la misma manera presentando la noción de que “algo anda mal aquí y ahora”, incluida la conciencia de la insuficiencia o inequidad personal. Mientras escuchas a esa serpiente interior, siempre habrá una invitación a merecer algo. Esta invitación generalmente te mueve hacia una acción que expresa el sentido de merecimiento en voz alta en forma de queja o excusa desde la perspectiva de la víctima.
La actividad resultante es hacer algo que recompense la voz en tu cabeza y amplíe tu conversación de insuficiencia. Un ejemplo es este diálogo interno en el espejo, “Dios mío, estás gordo. Oh, bueno. No puedes hacer nada al respecto. También podrías comer esa barra de chocolate. Te hará sentir mejor porque te mereces sentirte mejor, ¿verdad?”. Lo mismo se aplica a cualquier mecanismo de afrontamiento adictivo. El resultado final es la auto-marginación y la indignidad, acompañada por la sensación de que mereces un castigo. La experiencia es sólo más vergüenza.
El antídoto para la serpiente en tu cabeza es DECIR LA VERDAD. El mayor problema es que debido a que esa voz es la de acusador y fiscal, conoce tu historial de fallas y limitaciones. Se pone peor. La voz también es la del juez, el jurado y el verdugo que se niega a permitirte testificar en tu propio nombre. Pero sube al estrado de todos modos. Di la verdad con valentía.¿Pero cuál es la verdad? ¿Cómo empiezas a practicar la verdad que sabes que es la verdad y no sólo algo engañoso para lo que tú mismo te has entrenado para seguir y creer? La respuesta es la gratitud. La gratitud es el arma contra el sentido de merecimiento, y el sentido de merecimiento destruirá la gratitud en un milisegundo. Pero si notas algo por lo que estés genuinamente agradecido, ESA es la verdad. Incluso en el momento, es la verdad para ti.
Practicar la gratitud es practicar decirte a ti mismo, al mundo y al universo la verdad. LA GRATITUD o EL AGRADECIMIENTO son la droga de entrada para vivir una vida que dice la verdad. Es el tipo de verdad que silencia a la serpiente en tu cabeza y efectivamente descarta el drama de tribunal para condenarte a ti mismo.
LA GRATITUD: TU SUPERPODER
Estos aspectos de la condición humana se ven afectados y transformados directamente al practicar la gratitud:
1. Decir la verdad. – como se mencionó anteriormente.
2. El antídoto contra la soledad. En el agradecimiento, te das cuenta de que no estás solo. Algo más importante que ti mismo está contribuyendo a tu vida. En la gratitud, también hay una comprensión de otros que se preocupan por ti, sin importar cuán pequeño ese cuidado parezca expresarse. Si temes una vida de soledad, practicar la gratitud entrenará tu cerebro y liberará hormonas que contribuyan a la confianza y la seguridad.
3. Responsabilidad y propósito. Cuando estás agradecido por algo específico, esa cosa específica es significativa para ti. Y quieres volver a estar agradecido por ello mañana y al día siguiente, y al día siguiente. Naturalmente, prestarás atención a aquello por lo que estás agradecido, incluidas las relaciones. Te verás aplicando conciencia y esfuerzo para mejorar o expandir la realidad del futuro de tu gratitud.
4. Coraje. Cuando puedes ver algo como una oportunidad para crecer o aprender, puedes estar agradecido por esa oportunidad incluso si sientes que apenas la vas a mantener. Comienzas a ver formas de abordar esa oportunidad sin miedo o, dentro de tu gratitud, ser consciente de que es posible que no puedas enfrentarla solo. Traerás a alguien más por quien también estés agradecido. La valentía y el coraje son resultados naturales.
5. Una vida feliz. La gratitud genera energía positiva. Practicar la gratitud libera neurotransmisores de salud en tu cerebro y cuerpo y crea un contexto de poder, seguridad, compasión y generosidad. Esas cosas siempre te serán devueltas en más de lo que das.
6. Mejor sexo e intimidad. El agradecimiento invita a la afinidad y crea un espacio para que ocurra la intimidad. Es naturalmente sexy y atractivo, y la gente quiere acercarse a él. El poder de la gratitud genera comodidad y una relación conectada que realza el amor. La gratitud también libera dopamina, una hormona del placer. Para lograr un orgasmo, la serotonina en una parte particular del cerebro tiene que bajar rápidamente. Existe un vínculo entre la práctica de la gratitud y la intensidad de los orgasmos.
7. Amor incondicional. La gratitud se relaciona directamente con el amor y con una vida que se siente como amor. Más aún, la gratitud te abre a aceptar la vida y a las personas como son y como no son.
8. Igualdad social y reforma. Cuando estás agradecido con alguien, en ese momento, existe la oportunidad de compartir un espacio de igualdad que traspasa las barreras de clase o sociales. Una comunidad agradecida experimenta profundos niveles de igualdad y actividad en beneficio de esa comunidad. Si algo como el marxismo sucediera, tendría que hacerse por completo en la burbuja de la gratitud total en el nivel que elimina permanentemente el sentido de merecimiento o la noción de inequidad. No es una eventualidad probable con nuestros patrones actuales de respuestas humanas. Aún así, podemos comenzar con un sincero y conectado “gracias”.
9. Acceso a la fortuna. Cuando practicas la gratitud, te sientes agradecido Y afortunado. Esta práctica amplía tu capacidad para recibir y almacenar más cosas buenas en tu vida. Caminar más alto y “sentirse afortunado” es una experiencia común.
10. Transacciones comerciales exitosas. La gratitud es un lubricante peculiar y mágico para que suceda un negocio exitoso. Con frecuencia resulta en recibir un servicio increíble que a menudo te recompensa con descuentos y la calidad de productos y servicios que tienen un valor elevado.
11. Una experiencia Zen aquí y ahora. La gratitud no ocurre en el futuro ni en el pasado. Puedes estar agradecido por ambos, pero la experiencia de la gratitud y las hormonas liberadas son una experiencia del “ahora”. Practicar la gratitud es una práctica de agradecimiento, alegría y paz en cada momento.
12. Mejor salud. La digestión de alimentos cuando estás ansioso o estresado con frecuencia no se realiza por completo o no se absorbe en tu sistema de la manera en la que fue diseñado. Afecta tu energía, sistema inmunológico, la calidad de tu sangre y cómo todas sus células responden a la absorción de nutrientes. Practica la gratitud cuando comas para notar una mejoría en tu salud.
13. Confianza en uno mismo. Practicar la gratitud es una práctica para liberar serotonina, un neurotransmisor mucho más complicado que simplemente aportar sentimientos de bienestar y felicidad. La serotonina también afecta la memoria, la recompensa, el aprendizaje, la cognición y otros procesos fisiológicos. Es un regulador natural del estado de ánimo que te hace sentir emocionalmente estable, menos ansioso, tranquilo e incluso más concentrado y enérgico. Psychology Today se refiere a la serotonina como la “molécula de la confianza”. Pero más allá de la liberación químico-hormonal de serotonina, una práctica de gratitud genera confianza en ti mismo y en tu universo para creer en tus sueños y cumplir tus promesas para alcanzar tus metas.
14. Experiencia de finalización. Dar las gracias al final de una transacción o conversación significa un final satisfactorio para esa conversación o transacción. También abre la oportunidad de nuevas interacciones que también son satisfactorias y completas.
15. Acceso a la sencillez y claridad como estilo de vida. Estás agradecido por las cosas que te gustan. La práctica de la gratitud filtra los elementos dañinos de tu vida para que puedas dejarlos ir y concentrarte en las cosas que le dan intención y significado a tu vida. Las complejidades y distracciones desaparecen.
16. Vivir una vida de elección. La mayoría de nosotros vivimos la vida de una manera que parece que no tenemos opción ni voz al respecto. Y la mayoría de nosotros no podemos dar una respuesta veraz a la pregunta: “¿Qué es lo que realmente quieres en la vida?”. Practicar la gratitud perfecciona tu capacidad de querer cosas en tu vida. La ventaja de esa habilidad es elegir lo que quieres: aprender esa opción es una distinción que puedes generar en cualquier momento.
17. Empatía. Cuando la gratitud está presente, estás más abierto a oportunidades para marcar la diferencia y ver fácilmente la lucha de la humanidad. Puedes actuar eficazmente para mejorar.
18. Acceso al humor. Cuando estás agradecido, es auténtico, y en ese espacio de autenticidad hay lugar para la alegría. Ser auténtico puede parecer un contexto para la comedia y el autodesprecio. Simplemente no digas nada que te haga particularmente débil. También hay un rechazo al apego que viene con la gratitud, y pueden suceder cosas divertidas. Al dar gracias, incluso el sufrimiento puede resultar ridículo. Puedes disfrutar de la vida en lugar de internalizar el sufrimiento con significado y dolor.
19. Un boleto de salida de nuestra propia cabeza. Puede ser un vecindario peligroso allí. Estar agradecido proporciona acceso a acciones y pensamientos de compasión y positividad libres de quejas y excusas, y “algo anda mal aquí y no puedo hacer nada al respecto”. La gratitud te saca de ti mismo. Si te quedas atascado mirando tu propio ombligo, el remedio es estar agradecido.
20. Inteligencia emocional. Si estás preocupado por tu inteligencia emocional o la de alguien cercano a ti, practicar la gratitud es un entrenamiento mental que da como resultado una personalidad atractiva y una mayor competencia.
21. Descarta las nociones de insuficiencia. No se te proporciona un entorno que te permita saber que todo saldrá bien y estará bien. Si eres como el resto de nosotros, estás capacitado para abordar todo en la vida como insuficiente. Esfuérzate por aplicar la gratitud a todas las áreas de tu vida, especialmente a aquellas que sientes que le faltan. Hay una calidez inmediata de asentamiento y paz en el otro lado.
22. Mayor acceso a recuerdos positivos. Tu cerebro almacena una multitud de recuerdos positivos. El arrepentimiento es una lupa gigante con un filtro que bloquea los recuerdos positivos y revela sólo los negativos más grandes que la vida. Practicar la gratitud minimiza el arrepentimiento. Los recuerdos positivos se abren paso como flores en un campo, alcanzando la luz del sol. La vida se presenta fresca e ilimitada.
Entonces, ¿por qué no estamos agradecidos? Ya te dije. La respuesta es el miedo, el sentido de merecimiento y la noción de que algo anda mal, o carece de suficiencia o justicia. No hay espacio para que la gratitud ocurra dentro de una vida de quejas, mentiras, excusas y escuchar el diálogo interno de la insuficiencia personal. El modo predeterminado de la condición humana es evitar la dominación y la responsabilidad. Se necesita trabajo para practicar la gratitud. Pero al menos no es algo totalmente ajeno. Podemos dar pequeños pasos y volvernos más competentes en el arte de una vida digna de vivir como una expresión generosa de gratitud. Esto impacta tu vida, tu futuro, tu familia, tu comunidad y más allá.
Mi hermana Teresa nació en una colonia de leprosos en Burundi porque era el hospital más cercano de donde vivían mis padres misioneros en ese momento. La lepra no es un sello automático de muerte. Sí, las posibilidades de morir a causa de ella aumentan un poco, pero la enfermedad es completamente tratable. El mayor problema de la lepra es que afecta visiblemente al cuerpo. Históricamente, las personas que lo padecían fueron etiquetadas como “inmundas” y excluidas de la sociedad. En la Edad Media, las víctimas de la lepra debían llevar ropa que las hiciera rápidamente identificables y debían llevar una campana para anunciar su presencia. Otros impactos de la lepra incluyeron la pérdida del empleo, el rechazo social, el repudio de la familia y, en general, se los consideró deshonestos e inmorales. A medida que las culturas y las sociedades comprendieron la lepra, las colonias de leprosos desaparecieron lentamente y las víctimas se integraron parcialmente con algunas limitaciones sociales tácitas. Y no. Teresa nunca tuvo lepra.
Hay una historia en el Nuevo Testamento de la Biblia sobre diez leprosos que Jesús curó. Se mencionan dos grupos de identidad: los leprosos “inmundos” y los samaritanos, que también eran comúnmente rechazados y tratados con desdén prejuicioso. Si deseas leerlo, busca Lucas 17:11-19. Jesús viajaba cerca de la frontera de Galilea y Samaria. Diez leprosos se encontraron con él y, por supuesto, distanciándose socialmente, llamaron a Jesús. “Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros”. Jesús les dio una tarea. “Id y presentaos a los sacerdotes”. Cuando los diez hombres actuaron, fueron “limpiados” de su lepra. El impacto es que ya no fueron condenados al ostracismo. La vida volvió a la normalidad. Pudieron encontrar trabajo, volver con sus familias, empezar a salir, casarse, comprar y hacer negocios sin ser marginados como zombis infecciosos.
Uno de ellos, cuando vio que la lepra había desaparecido, regresó a donde estaba Jesús. Alabando a Dios con entusiasmo, se arrojó a los pies de Jesús y le dio las gracias. La historia revela que esta persona también era samaritana, otro grupo de identidad de marginados. La inferencia es que los otros nueve eran galileos como Jesús y tenían suficiente sentido de merecimiento como para no regresar y dar las gracias.
Jesús expresó su sorpresa de que el único de los diez que regresó con gratitud fuera un extranjero y reconoció su fe y envió al hombre a su camino.
A veces, les pregunto al azar a mis amigos por qué están agradecidos y ocasionalmente recibo la respuesta: “No tengo ninguna razón en este momento para estar agradecido”.
Por supuesto que no. La gratitud se inventa. Estar agradecido es un acto de crear de la nada. Requiere algo de ti.
¿Eres una persona que merece que le entreguen todo en la vida libremente y con amargura cuando algo sale mal, como no encontrar un lugar para estacionar o terminar al final de la fila? ¿Cómo es la experiencia de ser así?
Si la cultura es similar a esa historia en la Biblia, estás en la mayoría: el 90 por ciento. Sólo una persona de cada diez no tiene tanto sentido de merecimiento como para negarse a sí misma el placer de estar agradecido. ¿No crees que vale la pena el esfuerzo?
Nota: Existe una correlación directa entre el afán de practicar la gratitud y la compañía que mantenemos. Las personas pueden quitarnos la vida si se lo permitimos, especialmente si tiendes a ser codependiente. Puede que sea necesario distanciarse de estas personas, al menos emocionalmente, para que puedas darte un espacio para sanar con gratitud. A medida que transformas tu propia vida, ellos también se verán arrastrados a la infección de una vida que también puedan amar.
EJERCICIOS PRÁCTICOS DE GRATITUD
Ejercicio uno – Zonas de gratitud: por ejemplo, todos tenemos que ir al baño. Lo más probable es que tengas privacidad cuando lo haces. Para algunos de ustedes, es la única privacidad que tienen durante el día. Conviértanlo en su zona de gratitud. No tiene por qué ser significativo con una lista larga o un tiempo de oración piadosa. Piensa en un par de cosas por las que estás agradecido. Sencillo.
Si tienes varios baños que usas durante el día, como en el trabajo y el hogar, simplemente elije uno para comenzar. Cuando trabajaba como DJ en bares y clubes, cada urinario era mi zona de gratitud. Mi primer pensamiento de agradecimiento era que tenía un trabajo. Y luego, por lo general, pensaba en alguien con quien trabajé o en un cliente que fue una bendición para mí ese día o esa semana.
El punto es que un lugar al que iba con frecuencia se convirtió en un lugar sagrado. No dejé que la estúpida voz de juicio en mi cabeza o el superyó dominara mi valioso tiempo a solas. Estaba reservado para la gratitud. Encuentra tu “zona de gratitud”.
Ejercicio dos – Seis más uno (6 + 1): este ejercicio es una lista de siete cosas. Escribe seis cosas por las que estás agradecido todos los días y un arrepentimiento que puedas perdonar. Podría ser un evento que te trajo vergüenza. También puede ser una persona o grupo de personas que perdonas. Si no escribes este elemento en tu lista, está bien. De todos modos, es lo único que probablemente te grita la mayor parte del día. Practica perdonarte a ti mismo.
Si tu forma de dar gracias es estar agradecido de que el mundo no te haya golpeado hoy, úsala. Piensa en seis maneras en que las que el mundo no te pateó el trasero y comienza a notar cómo tu cerebro reasigna tu pensamiento.
Recuerda que es TU lista. Repite los elementos de tu lista tantas veces como quieras.
Ejercicio tres: cuando despiertes, haz un recordatorio para estar agradecido. Cuando comienzas tu día con gratitud, desbloqueas a tu cerebro para ser receptivo a las cosas positivas. Estás más alerta a las oportunidades y, en general, tienes un día más feliz.
Ejercicio cuatro – Gratitud dando obsequios: A veces, me gusta mostrar mi gratitud dando un obsequio o una tarjeta porque estoy agradecido y quiero compartirlo de una manera especial. También noto que crea un contexto de dar gracias para los demás, y pueden celebrar ese momento conectándose conmigo y agradeciéndome. Es un espacio feliz para experimentar juntos. SIN EMABARGO, si tiendes a la codependencia, tus motivos pueden contaminarse, al igual que la experiencia de recibir tu regalo. Antes de elegir este ejercicio, revísate a ti mismo y a tu corazón, y asegúrate de que estás genuinamente agradecido. Podrías estar dando algo para comprar un favor futuro o compensar lo que hiciste en el pasado. Recuerda que la gratitud y “algo anda mal aquí” o “no lo suficientemente bueno” no pueden compartir el mismo pensamiento ni el mismo regalo.
El ejercicio o el esfuerzo es lo que haces para formar un hábito.
Los hábitos son los que forman ese comportamiento.
El comportamiento muestra quién eres y cómo el mundo te escucha y te percibe.
La gratitud es de naturaleza booleana. Un uno o un cero. Encendido o apagado. No, “Estoy un poco o medio agradecido”. Estás agradecido o no. Practica estar profundamente presente en tu gratitud.
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